THE LAB ROOM
Mónica Ceño fue una visionaria y en el año 1999 decidió que quería un centro de belleza en Madrid que rompiera con el concepto del espacio de belleza convencional.
Creó el primer multiespacio donde podías hacerte desde un facial sensorial o el mejor masaje con cuencos tibetanos del mundo, hasta ver una exposición de fotografía. Enseguida se convirtió en un punto de referencia (y encuentro) de la capital